Algunas personas se plantean dejar de fumar pasando por un periodo previo utilizando los llamados cigarrillos electrónicos. La adicción al tabaco es compleja y requiere tratamiento específico que tenga en cuenta tanto la dependencia física como la psicológica.

Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que liberan nicotina a través del calentamiento de un líquido compuesto por diversas sustancias químicas y que cuando se inhalan se depositan en los pulmones. A parte de la nicotina este líquido contiene glicerina (puede provocar neumonía), cromo, níquel y plomo, que son sustancias cancerígenas.

El fenómeno de los e-cigarrillos es muy reciente y todavía no hay datos sobre sus efectos a largo plazo. Cuando aparecieron, en 2013, se hicieron campañas que garantizaban su gran efectividad para dejar de fumar, empezaron a aparecer tiendas especializadas y se alcanzó casi el millón de usuarios. En 2014 se aprobó una primera normativa y el negocio se desplomó, y es a partir de 2015 que se empieza a recuperar lentamente.

e cigarette 1301670 1920 home - ¿Dejar de fumar con cigarrillos electrónicos?

La normativa actual prohíbe la publicidad de los cigarrillos electrónicos y también cualquier campaña que los proponga como medio para dejar de fumar. También está prohibido su uso en hospitales, transporte y edificios públicos y colegios. Y, lo más importante, no está permitida su venta a menores de edad.

La mayor revisión de estudios sobre los efectos del cigarrillo electrónico, publicada en enero de este año, revelaba que existe evidencia probada de que estos dispositivos contienen sustancias tóxicas, y por tanto que el consumo de cigarrillos electrónicos a largo plazo puede aumentar el riesgo de padecer cáncer.

Cuando estos cigarrillos electrónicos no contienen nicotina es cuando se les llama “vaporizadores” o “vapeadores”.

El uso de los cigarrillos electrónicos como estrategia para dejar de fumar o consumir menos cigarrillos tampoco ha quedado bien demostrada todavía por ningún estudio. La OMS considera que sólo un 1% de las personas que vapean consiguen dejar de fumar, y lo que ocurre es que el 30% de los que utilizan el e-cigarrillo para dejar de fumar acaban fumando las dos cosas.

Otro aspecto a tener en cuenta es su éxito entre los adolescentes. El 20% de entre 14 y 18 años ha “vapeado” alguna vez en su vida. No es que sea una cifra alarmante, pero si se alerta de que habituarse a “vapear” aumenta el riesgo de cruzar la línea que separa los cigarrillos electrónicos al tabaco tradicional.

Si lo que se plantea es dejar de fumar lo mejor que puede hacer es consultar con un especialista en el tema, y tener en cuenta que el apoyo técnico por parte de profesionales es necesario.