La heroína es una droga que proviene de la morfina, una sustancia natural que se encuentra en el capullo de la amapola o adormidera asiática. Generalmente, la heroína se presenta como un polvo blanco o café. La heroína puede inyectarse, fumarse o inhalarse.
La adicción a la heroína es el consumo repetido de la misma, hasta el punto de que la persona no puede dejar de consumir. Esto le lleva a intentar obtener heroína por cualquier medio. De este modo, la heroína se convierte en el centro de su vida. Las consecuencias más notorias son un deterioro de las relaciones familiares y un abandono total del cuidado de sí mismo.
El adicto a la heroína se relaciona con personas que también consumen, lo cual genera un círculo vicioso de consumo que muchas veces termina en graves enfermedades (SIDA, infecciones cardiacas, etc.) que pueden llevarle a la muerte.
Síntomas
El consumo habitual de la heroína puede conducir a su tolerancia. Eso significa que la persona que consume heroína necesita mayores cantidades de esta droga para obtener el mismo efecto. Las dosis altas generan con el tiempo una dependencia del cuerpo a la heroína.
Cuando el consumo de heroína deviene en dependencia la persona adicta tiene los siguientes síntomas:
- Infecciones cardíacas.
- Las personas que se inyectan la droga también corren mayor riesgo de adquirir enfermedades infecciosas, incluso VIH/SIDA y hepatitis.
- La suspensión del consumo genera síntomas de abstinencia. Estos síntomas incluyen agitación, dolores musculares y óseos, diarrea, vómitos y episodios de frío.
- Trastornos en la nutrición, provocadas por los desarreglos en la alimentación y adelgazamiento.
- Estreñimiento
- Aumento del riesgo de aborto, parto prematuro, así como alteraciones en el recién nacido.
- Modificaciones de la conducta: falta de interés (apatía), depresión, necesidad de ser el centro de atención (egocentrismo).
- Trastornos de la atención, la memoria y graves dificultades para conciliar el sueño (insomnio)
- Trastornos en la menstruación y ovulación.
Además de los efectos negativos anteriormente enunciados se añaden un importante deterioro en las relaciones de pareja, familiares, ruina económica y problemas laborales.
Tratamiento
Mientras más prematura sea la intervención, existen mayores garantías de un buen resultado en el tratamiento a la heroína. El tratamiento se inicia con la evaluación inicial, que permite objetivar la intensidad del problema y adecuar la intervención terapéutica a las necesidades del paciente.
En el Centro Bonanova trabajamos con una orientación motivacional, ofreciendo por tanto un trato individualizado que permite diseñar el tratamiento a medida de cada paciente y contando con su participación activa.
A grandes rasgos, el tratamiento suele iniciarse con un periodo de desintoxicación, que permite suprimir el consumo de heroína. Esa fase inicial va seguida de un proceso de deshabituación en el que el paciente se plantea como objetivo inicial superar su dependencia psicológica y llevar una vida satisfactoria en ausencia de la sustancia adictiva.
En este proceso son útiles las psicoterapias (individual y/o grupal) complementados con tratamientos médicos. Si es preciso, disponemos para iniciar el tratamiento de desintoxicación de camas de hospitalización en un centro debidamente preparado para realizar la desintoxicación hospitalaria.
Dejar la heroína
Contrariamente a las creencias populares, el tratamiento de la dependencia a la heroína es muy efectivo cuando se realiza un correcto seguimiento, consiguiendo el objetivo de dejar la heroína.
Es importante señalar que estos tratamientos son altamente efectivos si se realizan correctamente. La desintoxicación es efectiva en el 100% de los casos, y la rehabilitación es satisfactoria en más del 90% de los pacientes que realizan correctamente el tratamiento.