Actualmente el consumo de cannabis está muy extendido y día a día parece cada vez más normalizado. Algunas señales de ello son por ejemplo la proliferación de asociaciones o clubes cannábicos, los cambios en la regulación de su consumo en algunos lugares del mundo, y la posibilidad de cultivar las propias plantas en casa.

Es posible que parte de esa normalización del uso y consumo de cannabis tenga relación con algunos de los mensajes que aparecen asociados habitualmente, como el ser una sustancia “natural” o el uso “terapéutico” que se puede hacer de él, mensajes que solo son ciertos de forma parcial.

De natural tiene lo mismo que muchas otras sustancias que por muy naturales que sean pueden ser dañinas para el organismo o incluso mortales (por ejemplo algunos venenos naturales mortíferos).

En cuanto a su uso terapéutico, si que hay estudios científicos que avalan que algunas sustancias contenidas en el cannabis pueden ayudar a aliviar o mejorar síntomas de algunas enfermedades, como por ejemplo, mejorar síntomas de espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple, aliviar dolor, vómitos y nauseas en pacientes que reciben tratamiento de quimioterapia, radioterapia, y medicación antiretroviral, también actúa como estimulante del apetito. Pero no hay que perder de vista que el cannabis no cura ninguna de esas enfermedades o patologías, sino que en algunos casos, puede ayudar a aliviar los síntomas. Y además es importante saber que el tratamiento con cannabis será efectivo y seguro si está bajo control médico.compuestoscannabis

Pero el uso Terapéutico y el uso lúdico o recreativo del cannabis son dos cosas completamente diferentes y como el mismo Colegio de Farmacéuticos de Barcelona dice: “Aprovechar el debate sobre el uso terapéutico para reforzar otros intereses ligados a la legalización y para extender el mensaje de que el cannabis es inofensivo es una falta de responsabilidad importante”.

El cannabis es una sustancia adictiva que se deposita en la grasa y, por tanto, tarda días en desaparecer del organismo. Una de las grasas afectadas es la de la prolongación de las neuronas en el cerebro. Esto provoca menos velocidad en la transmisión de información entre neuronas. Los efectos de esto son:  Falta de coordinación visual y motora, falta de memoria, dificultades de aprendizaje y no saber gestionar la respuesta emocional. En los casos más extremos, puede producir irritabilidad y violencia.

Su consumo regular puede producir alteraciones médicas y psiquiátricas, como irritación del sistema respiratorio, bronquitis crónica y reducción de la inmunidad. Y a nivel psiquiátrico, los efectos pueden ser desmotivación, dificultad o incapacidad de emprender cualquier acción (apragmatismo), la tendencia creciente a postergar o retrasar actividades, situaciones o decisiones (procrastinación), puede generar crisis de angustia, depresión, puede ser el desencadenante de trastornos psicóticos en función de la vulnerabilidad de la persona y por supuesto puede llevar a una adicción.

Por todo esto es muy importante diferenciar entre el uso terapéutico y recreativo o lúdico del cannabis porque cuando a alguien se le prescribe un medicamento cuyo componente principal es un derivado del mismo es “porque a esa persona le pasa algo muy serio en su vida”.