Más del 40% de las personas que presentan una dependencia del alcohol no solicita tratamiento por no sentirse preparado para dejar de beber.
En el pasado mes de marzo, dentro del marco de las XLIII Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol (Sociedad Científica sobre adicciones) se planteó la importancia de intentar llegar a este tanto por ciento de personas que presenta un trastorno por uso de alcohol y/o dependencia del alcohol y que no acuden a tratamiento, a pesar de sufrir consecuencias negativas de su consumo.
Las intervenciones orientadas a reducir el consumo de alcohol ofrecen un abordaje complementario a los orientados a la abstinencia. Este enfoque permite acceder a la terapia a pacientes que, de otra manera, no hubieran buscado ayuda y facilita que acudan antes a solicitarla. El tratamiento precoz mejora el pronóstico y disminuye las complicaciones asociadas a la dependencia del alcohol. La reducción del consumo de alcohol es una estrategia terapéutica complementaria a la abstinencia.
El uso de fármacos específicos para conseguir esta reducción, como elNalmefeno, junto con una intervención psicológica, reduce mucho la cantidad de alcohol consumido, llegando a plantearse, en algunos casos, no llegar a la abstinencia total, sino a lo que llamaríamos, un consumo controlado. Se ha demostrado que esto permite una mayor calidad de vida y aporta beneficios sanitarios, sociales y económicos.
La aparición de este fármaco ha permitido el cambio en la perspectiva del tratamiento de la dependencia del alcohol y de los problemas derivados del consumo de alcohol, y ha puesto de manifiesto la importancia de personalizar el tratamiento a medida de cada paciente con el fin de que un mayor número de personas con un consumo abusivo de alcohol puedan beneficiarse de todas las estrategias terapéuticas existentes, entre ellas, las que tienden a la reducción del consumo.
Es fundamental considerar la necesidad de un trabajo multidisciplinar que englobe a la atención primaria, y la atención especializada en dependencia del alcohol, psiquiatras y psicólogos, sin olvidar al paciente; todos tienen un importante papel en el tratamiento y en su correcto cumplimiento.