Una percepción distorsionada del tratamiento de rehabilitación de alcohol es el exceso de confianza. Es obvio que si el paciente realiza las pautas más elementales que se sugieren (dejar de ir a bares, deja de exponerse en encuentros sociales donde las amistades beben en exceso, etc.), la persona en poco tiempo logra una calidad de vida que hacía muchos años que no experimentaba. Podemos decirlo de esta manera: sería pasar de estar muy pero muy mal a estar un poco mejor. La interpretación subjetiva de esta mejora es leída por el paciente como un cambio cualitativo.
Lamentablemente, los cambios cualitativos pocas veces suceden y menos acontecen en períodos de tiempo muy breves. Además, estos cambios espectaculares pueden darse; la cuestión es si se prolongan a lo largo del tiempo. Y es aquí donde el tratamiento de rehabilitación de alcohol puede naufragar.
¿Qué es lo que ha logrado realmente el paciente con las primeras pautas sugeridas en el tratamiento de rehabilitación de alcohol? Ha logrado, lo que no es poco, a evitar estímulos que le generan grandes deseos de beber. Sin embargo, el camino recién ha comenzado. El paciente no sabe aún las situaciones que generan las condiciones de posibilidad de una recaída. Una persona puede ir a una fiesta y no consumir alcohol. Pasado un cierto tiempo, esa misma persona asiste a una fiesta similar a la anterior y consume. Las situaciones son similares, pero lo que ha cambiado es el humor del paciente.
Muchos tratamientos quedan inconclusos cuando el paciente que desea realizar una rehabilitación del alcohol decide interrumpir el proceso del tratamiento porque confunde la abstinencia con la adicción al tóxico. La adicción al alcohol además de la abstinencia implica una serie de hábitos que generan situaciones de malestar que el mismo paciente no reconoce y es lo que le lleva la mayoría de las veces a recaer. Por lo que es importante dirigirse a un centro de rehabilitación para adictos al acohol donde el apoyo del entorno afectivo para motivar que el paciente continúe realizando el tratamiento para consolidar de manera adecuada la abstinencia y comunicar al equipo terapéutica el exceso de confianza que observan en el paciente.