Bajo el nombre de “Drogas de síntesis”, “drogas de diseño» y últimamente, «drogas emergentes», se agrupan una serie de sustancias de origen sintético con un efecto psicoactivo creadas a partir de la modificación de su estructura química y que en su mayor parte adoptan la forma de “pastillas”. Entre ellas la MDMA.
En España, la difusión de la MDMA ha pasado por fases diferentes: fase inicial (1990-1991), fase de popularización y consumo masivo (1992-1996) y fase de rutina y fase de estabilización (a partir de 1997).
En la actualidad, todavía se sigue consumiendo MDMA, pero se ha reducido su prevalencia. Una encuesta realizada por el Plan Nacional de Drogas entre estudiantes de secundaria, en los años 2000 y 2002, mostró la prevalencia más elevada con un 6,2% y un 6,4% respectivamente. En los años posteriores ha ido disminuyendo hasta alcanzar el estado actual con una prevalencia de 2,7%. Pero también han variado las pautas de consumo: desde hace más o menos cinco años, la MDMA se presenta en forma de cristales o de polvo de cristal, por lo que también se le llama así, en vez de en comprimidos. Antes de que apareciera el cristal, los consumos solían consistir en ingerir medio comprimido o un cuarto e ir acumulando dosis a lo largo de la noche. Hoy día, al presentarse en forma de polvo o cristal permite diversas formas de consumo, como dar pequeñas ‘chupaditas’ a la bolsa que contiene MDMA, esnifarlo, y inyectarlo si se disuelve. También es común que se de el policonsumo, es decir, que en el mismo ambiente donde se consume el cristal, también se pueden encontrar otras sustancias como la ketamina, sustancia ésta que está extendida más que nunca entre todos los estratos sociales, aunque se consuma menos que antes. La MDMA siempre se ha relacionado con jóvenes normalizados y no ha estado tan ligada a ambientes marginales como otras sustancias, y también ha estado muy unido a fiestas en las que es habitual encontrar la MDMA, con música electrónica de distintos tipos (techno, house, etc.) con luces palpitantes de colores, y con un dj en su cabina a modo de gurú.
Parece que cuando hablamos de adicciones a sustancias nos referimos siempre al alcohol o la cocaína, y al cannabis. Pero hoy, a raíz del trabajo de una paciente de nuestro centro adicta al MDMA, nos parece oportuno hablar de esta otra adicción, que aunque menos habitual, no es menos grave. Y es por eso publicamos uno de los escritos hecho por ella misma sobre el MDMA y su adicción.
Hola querida
Mi nombre es metanfetamina. Mi nombre completo es 3,4-metilendioxmentanfetamina y aunque científicamente me abrevian como MDMA, soy conocida en las calles por éxtasis. Pero tu hija mía puedes llamarme cristal.
Nos conocimos en una fiesta, ¿recuerdas? Tu apenas tenias 17 años, una inocente niña, yo una vieja madre von mucha experiencia. Nos presento una amiga tuya en una rave, una fiesta de música electrónica. Te costó mucho confiar en mí, decías que tenías miedo, que las drogas te daban mucho respeto, pero enseguida te hice ver que yo soy mucho más que una droga. A partir de ese momento me iba a convertir en tu mejor amiga. Realmente mi intención era ser tu única amiga.
Nuestro primer contacto fue con un beso. El beso más amargo que nadie te daría nunca. Tu introdujiste tu dedo dentro de mí y llevándome a tu boca a través de tus labios y bajando por tu garganta me instale en tu corazón y en tu cerebro. A partir de esa noche y en adelante todas las demás, no volverías a respirar sin mí.
Inundé tu triste y miserable vida de magia y te deje viajar a mundos con los que jamás habrías soñado. Inunde tu ser de amor por ti, por mí, por todos. Empatía y amor son dos de mis características.
Yo me sacrifico mucho por ti. Te regalo toda mi energía para que bailes y bailes por largos periodos de tiempo sin sentir cansancio y así puedas divertirte por varias noches seguidas. Distorsiono música y luces solamente para ti haciéndote sentir cada nota musical fluir desde dentro de tu propia alma.
¿Sientes el calor? Soy yo, abrazándome muy fuerte a ti desde tu interior. Cuidado con mis abrazos. A veces por miedo a que me sueltes, te abrazo tan fuerte que tu cuerpo alcanza temperaturas de hasta 40 grados, pudiéndote producir una hipertermia o aun peor, tan maravillado por mi presencia, tu cuerpo se olvida de regular la temperatura y si tu no recuerdas hidratarte, bien podría matarte de un golpe de calor.
¿Sientes los latidos de tu corazón acelerándose? Soy yo recordándote cuanto te amo. Si percibiese en algún momento que no eres lo bastantemente capaz de devolverme de forma reciproca este sentimiento me veré obligada a aumentar las taquicardias y podría producirte un paro cardiaco acabando contigo en un instante.
¿Sientes tus dientes apretarse entre ellos? Es muy posible que un día los haga caer todos cuando te haya robado todas las palabras, ya no los vas a necesitar. ¿Sientes la sed? Soy yo absorbiéndote por dentro, deshidratándote, consumiéndote.
Prometo convertir tu vida en una constante veneración por mí. Prometo ser tu primer pensamiento al despertar y el último al acostarte. Pero no puedo regalarte siempre momentos de gloria y ahí está mi engaño: en regalarte una de cal y una de arena, convirtiéndome al mismo tiempo en remedio y en enfermedad, en subida y en bajada. Esa es mi trampa. Te hare desear vivir siempre en la cumbre del éxtasis y para llegar ahí te veras obligada a consumirme siempre de nuevo. Después de cada fiesta y de la felicidad más absoluta caerás en una profunda depresión. Cuanto más alto hayas llegado, más bajo te haré caer después, haciéndote vivir en una constante montaña rusa de inestabilidad emocional.
Conforme nuestra amistad avance, haré caer no solo tu mente sino también tu cuerpo. A esto cariño, lo llaman síndrome de abstinencia. Acostumbraré tu cuerpo a mí, por si en algún momento consigues fortalecer tu mente, que sea tu cuerpo quien me busque e implore con instinto animal.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de cuánto me gustan los lujos, y tu ridículo sueldo ya no será suficiente para mantenerme. Empezaras a mentir y a robar. Primero a tus padres, luego en el trabajo. Hare que te sientas ruin por ello pero ahora nuestra amistad es lo único importante y te convertiré en una excelente manipuladora. Se acabó sentir placer por nada que no sea yo y mucho menos van a haber prioridades por encima de mí. ¿Para que necesitas comer o dormir si yo te alimento y te mantengo despierta? ¿Para que necesitas amigas si ya me tienes a mi? ¿Y esa pareja? Sácala ya de tu vida, o no ves que nos está robando tiempo juntas? ¿Y qué me dices de tus padres? Ellos no te entienden y nunca te han apoyado. No saben todas las cosas que yo conozco de ti y no se preocupan. Y si no, dime, ¿Dónde estaban mientras su pequeña niña jugueteaba con drogas? Han fracasado como padres y lo sabes y ellos tienen la culpa de que tú hayas terminado así.
Pero solo existe una condición para que podamos seguir viéndonos y es que pase lo que pase y sea cual sea tu situación al final siempre tengas el dinero necesario para costear mi precio. Pero nunca olvides esto: sin dinero no habrá encuentro y jamás ningún precio te parecerá demasiado alto por nuestra amistad. Si algún día llegases a perder tu trabajo deberás seguir manteniendo esto que nos une y si así fuera necesario para conseguirlo y tuvieras que vender tu cuerpo o tus bienes más preciados, así te obligare a hacerlo.
Mírate, no ha pasado tanto tiempo, apenas unos meses pero me olvide contarte que yo destruyo a una velocidad de vértigo y ahora ya no queda nada en ti de esa dulce niña que irradiaba alegría y estaba llena de vida. Ahora ya eres mía, digna de hacerte llamar adicta. Ya te lo he robado todo y ya te has quedado sola. Tus amigos, tu pareja, familia…. se han cansado ya de ti.
En realidad yo no soy tan poderosa, me alimento y crezco con el poder que tu adicción me otorga, por eso es primordial para mí que nunca, nunca, vayas a pedir ayuda. Porque si lo haces, si alguna vez decides que ya no puedes más y decides salir y luchar y contarle a alguien lo nuestro y todo lo que yo te hago sufrir correría el riesgo de perderte, y al contrario de lo que siempre te he hecho creer, tu podrías fácilmente aprender a vivir sin mi mientras que yo sin ti estoy muerta.
Por favor, si alguna vez alguien viene a decirte que yo soy un problema para ti, no lo escuches. Recuerda que yo te amo y te necesito para seguir viviendo.
Atentamente: La droga