Entre las realidades en las que habitan muchas mujeres, el abuso y la adicción a sustancias es una de las más relevantes, sobre todo por lo invisible que es esta realidad y los efectos que esta invisibilidad  tiene sobre quienes la sufren.

Los prejuicios, etiquetas y estigmas acerca de las drogodependencias son habituales en nuestra sociedad, y afectan a todas las personas que padecen este trastorno, pero en el caso de las mujeres se agravan sobre todo por lo que tiene de transgresión de los modelos y estándares habituales  que la sociedad considera una “buena mujer”.

Estadísticamente hay un menor número de mujeres consumidoras de alcohol y sustancias ilegales, siendo la prevalencia entre los hombres de 2 a 3 veces más elevada, según la sustancia: en el caso de la cocaína la proporción de hombres triplica a la de mujeres, y en el caso  del cannabis se registra una diferencia de casi 8 puntos porcentual (datos de 2013). Es  importante señalar  que en las mujeres más jóvenes se están detectando actualmente una homogeneización entre ambos sexos en cuanto a los patrones de consumo, especialmente del alcohol.

Frasco Addiction

Sin embargo, no se puede decir lo mismo del consumo de drogas institucionalizadas como algunos psicofármacos (sobre todo ansiolíticos y fármacos para dormir). En el caso de estas sustancias, tanto la prescripción médica como la automedicación son más frecuentes en las mujeres.

Pero lo que sabemos de las mujeres que consumen y son adictas al alcohol y drogas ilegales (cocaína, heroína, cannabis, éxtasis, anfetaminas y alucinógenos)  es que acuden en menor medida a los centros especializados para tratar la adicción  (p.e. siendo la proporción de hombres con problemas de abuso de alcohol de 2-1 frente a las mujeres, las tasas de hombres en tratamiento cuadriplican a las de mujeres).

Respecto a la salud, y dependiendo de las sustancias que se consuman, las mujeres tienen un mayor riesgo que los hombres de sufrir daños en el hígado, el cerebro y padecer enfermedades cardiovasculares. También pueden tener alteraciones en el ciclo menstrual problemas de fertilidad, abortos espontáneos y daños en el desarrollo del feto.

En relación con la dimensión psicológica aparecen, también en mayor medida ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos de la alimentación y conflictos en la relación con el cuerpo.

Otros de los problemas que pueden surgir son los ligados a las prácticas sexuales de riesgo cuando están bajo los efectos del consumo o por relaciones no consentidas: VIH/ sida, otras ITS (infecciones de transmisión sexual), así como embarazos no deseados, y no podemos olvidarnos de las situaciones de violencia a las que se es más vulnerable cuando se padece una adicción.

 

Las diferencias entre la adicción de hombres y mujeres se podrían resumir en:

 

Adicción Masculina:

  • A nivel social son más gregarios y socializados, con un mayor índice de problemas legales.
  • Tienen menor codependencia
  • Presentan caracteropatías  más frecuentes y un mayor índice de psicosis.
  • Las adicciones asociadas o secundarias que más aparecen son:

Adicción al sexo

Adicción al deporte

Adicción al trabajo

Adicción videojuegos, internet

Adicción Femenina:

  • Mayor soledad, mayor índice de maltrato y padecimiento de abusos sexuales
  • Mayor codependencia
  • Autoestima muy disminuida
  • Mayor índice de depresión y trastornos afectivos
  • Trastornos de ansiedad frecuentes
  • Las adicciones asociadas más frecuentes son:

Adicción a psicofármacos, especialmente ansiolíticos y antidepresivos

Compra compulsiva

Teleadicción

  Entonces, ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué las mujeres no llegan, o llegan en menor medida, a los centros de tratamiento? Miraremos de adentrarnos en esta cuestión en un próximo post.