Existen diversas teorías acerca de las funciones del sueño, pero en lo que todas están de acuerdo es en considerarlo un proceso fisiológico de vital importancia para la salud integral de los seres humanos.

Un sueño de buena calidad es primordial para la salud. Alteraciones en la calidad del sueño, como las que ocurren en el marco de esta pandemia, pueden generar consecuencias serias.  La situación actual hace que muchas personas experimenten altos niveles de estrés y ansiedad, que están vinculados con la mala salud del sueño.

insomnio centro bonanova - Estrés, ansiedad y salud del sueño

Actualmente se sabe que el sueño es un proceso activo de diferentes fases o ciclos. Un ciclo de sueño completo empieza con un sueño ligero y progresa hasta un sueño profundo. Luego vuelve a pasar por un sueño ligero y entonces ingresa en la etapa llamada de sueño REM, llamada así por las siglas en ingles de “movimiento rápido ocular”, que caracteriza esa etapa.

 

El cuerpo pasa por esas etapas entre cuatro y seis veces cada noche y es de gran importancia tanto desde la perspectiva biológica como psicológica.

  • Etapas 1 y 2 (sueño ligero, no REM):

Etapas iniciales del sueño. Los procesos biológicos del sueño se ralentizan pero el cerebro permanece activo y decide qué recuerdos almacenar y cuáles no. Entra y sale de la conciencia en la etapa 1, antes de entrar en la etapa 2, en la que las ondas cerebrales se enlentecen.

  • Etapas 3 y 4 (sueño profundo, no REM):

En estas etapas de sueño más profundo se entra en un estado similar al coma, en el que se dan procesos de limpieza fisiológica y desintoxicación del cerebro.

  • Etapa 5 REM:

 Es la etapa en la que soñamos en forma de historia. En este momento el tono muscular no existe (por eso cuando queremos gritar en un sueño, no podemos). En esta etapa, las ondas cerebrales son como cuando una persona está despierta, por lo que, el ritmo cardíaco y la presión aumenta, al igual que el movimiento de los ojos y a la vez, los músculos se paralizan. En este momento es cuando soñamos, y si nos despiertan, los recordamos.

 

Este proceso depende en líneas generales de dos mecanismos. El primero tiene que ver con el número de horas que estamos despiertos y activos. Cuantas más horas estemos despiertos más horas necesitaremos dormir.

El segundo tiene que ver con el ritmo circadiano: reloj biológico que depende de los ciclos de luz-oscuridad (día-noche) que nos hacen dormir de noche y estar despiertos durante el día. Mantener estos mecanismos en buen funcionamiento es indispensable para tener una buena calidad del sueño.

Se calcula que un 35% de la población general sufre de insomnio o de diferentes tipos de  trastornos del sueño. Tener en cuenta los hábitos de higiene del sueño  más beneficiosos es importante, pero es necesario consultar con un especialista  para poder definir lo mejor posible que trastorno nos está creando problemas y saber cómo afrontarlo.

En un próximo  post  plantearemos cuales son los hábitos de higiene del sueño más beneficiosos y que cosas es mejor evitar.