Muchas veces los consumidores de cocaína utilizan cuando comienzan un tratamiento de desintoxicación de cocaína frases cómo “se me fue la pinza y consumí” o “la vida sin cocaína es aburrida”. Y aunque parezcan frases que desresponsabilizan al sujeto, son descripciones adecuadas de lo que pasa en el cerebro de los adictos. ¿Cómo es esto? Tratemos de explicar esta cuestión sin olvidar que todas las adicciones son una enfermedad.
Cómo afecta el consumo de cocaína en nuestro cerebro
Es sabido que las neuronas intercambian información entre sí por medio de la liberación de sustancias químicas (neurotransmisores) que se adhieren en los receptores de la neurona que recibe el mensaje. Pero al consumir cocaína el funcionamiento normal del cerebro se altera al cambiar de manera radical el modo en que las neuronas se comunican.
Uno de los neurotransmisores que se ve afectado por la cocaína se llama dopamina. La dopamina es liberada por las neuronas del sistema límbico, sistema que controla las sensaciones de placer. En condiciones normales, la dopamina luego de transmitir el mensaje a la neurona receptora retorna a la neurona emisora. Pero con el consumo de cocaína esto cambia por completo.
La cocaína bloquea el transportador de dopamina responsable de este bombeo, produciendo que la dopamina se acumule en el espacio entre las neuronas (espacio intersináptico).
Consecuencias de consumir cocaína en el cerebro
Esto pasa en el cerebro, lo que el consumidor de cocaína nota de manera subjetiva es una sensación adicional de placer pero por un breve tiempo, pero todo desorden cerebral tiene sus consecuencias si el consumo se mantiene por un largo período.
En la persona que realiza un consumo continuo y/o en el adicto a la cocaína la percepción del placer queda perjudicada. Para paliar esta desestabilización del cerebro es necesario realizar una desintoxicación de cocaína, para que los niveles del placer retornen a sus límites normales.
Si se consume cocaína durante largo tiempo se puede reducir la cantidad de dopamina o el número de receptores de dopamina en el cerebro. Cuando esto ocurre, las células nerviosas necesitan cocaína para poder comunicarse adecuadamente.
Sin la droga, el cerebro no puede enviar suficiente dopamina a los receptores para producir la sensación de placer. Esta es otra de las razones para intervenir mediante un tratamiento de desintoxicación de cocaína, ya que mediante la desintoxicación se rompe el círculo negativo que se establece entre cocaína y placer.
Dicho de otra manera, si una persona ha usado cocaína por largo tiempo y de repente deja de tomarla, experimenta un deseo poderoso por consumir más de la misma, y así sucesivamente hasta que la persona se autodestruye. Para evitar esta autodestrucción un tratamiento de desintoxicación de cocaína es un modo de evitar las consecuencias nefastas que tiene la cocaína para el paciente y para su entorno familiar.