Los trastornos por depresión  y por ansiedad son problemas habituales de salud mental que afectan a la capacidad de trabajo y la productividad.

Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo general de concienciar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla. Este año, el tema escogido es La salud mental en el lugar de trabajo.

Un estudio reciente de la OMS estima que los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan anualmente a la economía mundial 1 billón de dólares en pérdida de productividad.

Más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión, y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad. Lo habitual es padecer ambos problemas simultáneamente.

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La promoción de la salud mental en el lugar de trabajo y el apoyo a las personas que sufren trastornos psiquiátricos hace más probable la reducción del absentismo laboral, el aumento de la productividad y la obtención de beneficios económicos.

Un entorno de trabajo adverso puede ocasionar problemas físicos y psíquicos, como la depresión y la ansiedad, un consumo nocivo de sustancias y de alcohol, absentismo laboral y pérdidas de productividad.

Hay muchos factores del entorno laboral que pueden afectar a la salud mental, como por ejemplo:

  • Prácticas ineficientes de gestión y comunicación;
  • Escaso poder de decisión del trabajador o ausencia de control de su área de trabajo;
  • Falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos;
  • No adecuación de las tareas asignadas a las competencias de una persona;
  • Cargas de trabajo permanentemente elevadas;
  • Acoso psicológico y la intimidación en el trabajo (mobbing).

 

Las pautas para crear un entorno saludable en el trabajo, van a tener que ver con:

  • Reducir los factores de riesgo relacionados con el trabajo;
  • Desarrollar los aspectos positivos del trabajo y las cualidades y capacidades del personal;
  • Aplicar y hacer cumplir las políticas y prácticas de seguridad y protección de la salud, que permitan detectar el estrés patológico, las enfermedades y el consumo nocivo de sustancias psicoactivas, así como facilitar recursos para ello;
  • Informar a los trabajadores de que pueden pedir ayuda;
  • Ofrecer a los empleados programas de desarrollo profesional.

Es importante también apoyar en el trabajo a las personas que sufran algún trastorno mental. Los estudios demuestran que el desempleo, en particular si es de larga duración, es perjudicial para la salud mental, especialmente para la depresión y la ansiedad. Muchas de las iniciativas descritas anteriormente pueden ayudar a las personas que padecen trastornos mentales. En particular, la flexibilidad horaria, la adaptación de las tareas asignadas a estas personas, la lucha contra las dinámicas negativas en el lugar de trabajo y la confidencialidad y facilitación de la comunicación.