Diversos estudios en los últimos años han llegado a la conclusión de que no hay consumo de alcohol sin riesgo. O sea, que todo consumo tiene riesgo, por lo que actualmente se habla más de límites de consumo de alcohol de bajo riesgo.
La evidencia científica ha demostrado que hay una correlación entre el consumo de alcohol y la aparición de varias afectaciones en la salud. Entre los efectos negativos de su consumo también hay que destacar la relación con el incremento de las lesiones, de los accidentes de tráfico, de las relaciones sexuales sin protección, de los comportamientos violentos o del fracaso académico…
Múltiples son los efectos que tiene el consumo de alcohol, pero entre los más negativos para nuestra salud destacaremos los siguientes:
Enfermedades hepáticas
El consumo frecuente y prolongado de alcohol puede producir inflamación del hígado (hepatitis) y, posteriormente, cirrosis, una enfermedad crónica e irreversible.
Enfermedades cardiovasculares
El consumo mantenido y excesivo puede debilitar el corazón y desencadenar insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular y arritmias. Además, el alcohol puede aumentar nuestra tensión sanguínea y nuestro peso, agravando la obesidad.
Enfermedades renales
El alcohol puede provocar un síndrome de necrosis tubular aguda —lesión renal causada por el daño a las células de los túbulos renales, los que filtran la sangre—, que puede derivar en insuficiencia renal aguda.
Enfermedades mentales
Además de ataques de pánico, insomnio y ansiedad, el consumo mantenido de alcohol puede causar depresión. Aunque la euforia puede ser una de las primeras emociones experimentadas al beber, el alcohol es un depresor del sistema nervioso que puede producir depresión.
Tampoco hay que olvidar que el alcohol es una substancia psicoactiva que causa dependencia, un trastorno grave por uso de alcohol que necesita de tratamiento especializado.
La mayor parte de personas con un consumo excesivo de alcohol, desarrollan una actividad laboral normal y tienen una vida social y familiar estable durante mucho tiempo.
Y es que los trastornos por uso de alcohol se instauran de forma lenta, progresiva e insidiosa en la vida de las personas, provocando una alteración de las prioridades y de la escala de valores que acaba transformando lenta pero inexorablemente, de forma importante, su estilo de vida y el de su entorno familiar.
Diversos tipos de cáncer
El alcohol puede incrementar la posibilidad de sufrir cáncer de esófago, de estómago, de colon y recto, de hígado, de la cavidad oral, de pulmón y de mama.
España tiene un consumo de alcohol ‘per capita’ mayor que el de la media europea. Se producen al año unas 20.000 muertes relacionadas con el consumo excesivo de alcohol. Y aproximadamente el 15% de las personas que acuden a una consulta en atención primaria presentan un consumo de alcohol considerado de riesgo.
En conclusión:
- No existe un nivel de consumo seguro de alcohol.
- No consumir es lo único que evita los efectos perjudiciales de beber.
- En base a la evidencia científica actual, ningún profesional de la salud o institución debe recomendar su consumo para mejorar la salud.