El pasado 20 y 21 de mayo en Madrid tuvo lugar la Reunión Nacional y Foro de Expertos «Nuevos Avances en el tratamiento del Trastorno por consumo de alcohol». En él más de 2oo psiquiatras participaron, entre ellos el  Dr. Gual de Centro Bonanova. En dicha reunión se ha realizado una revisión de la situación actual del trastorno por consumo de alcohol y su tratamiento y el Dr. Gual planteó una ponencia titulada: El Trastorno por Consumo de Alcohol: ¿sigue siendo una enfermedad oculta?

Dr. Gual entre otros de los psiquiatras del Foro de Expertos

Dr. Gual entre otros de los psiquiatras del Foro de Expertos

En dicha ponencia el Dr. Gual plantea que menos del 10% de las personas con un trastorno por consumo de alcohol reciben tratamiento, lo que se traduce en que solo uno de cada 9 pacientes  lo recibe.

Las razones que explican este bajo porcentaje tienen que ver con la falta de percepción de riesgo del consumo de alcohol y la estigmatización del trastorno por consumo de alcohol por parte de la población en general y también  de los profesionales de la salud.

La baja percepción del riesgo del consumo se estudió ampliamente en el 1er Estudio Lundbeck, del que hablamos aquí  un tiempo atrás. Esta baja percepción implica que  el  76% de los bebedores que tienen un consumo de  alcohol de riesgo no percibe que beban demasiado alcohol.

Desde una perspectiva social, actualmente todavía el alcoholismo sigue considerándose como una enfermedad que viene provocada por el enfermo mismo, persistiendo la visión moralista, tanto en población general como en profesionales de la salud. Es sorprendente encontrar que entre los profesionales de la salud solo un 12% consideran el alcoholismo como una enfermedad, y que un 32% de profesionales consideran que los alcohólicos que reciben tratamiento podrán recuperarse (% inferior a la población general).

Para que esta visión del trastorno por consumo de alcohol pueda mejorar, el Dr. Gual plantea cambios en tres ámbitos: cambios en la organización asistencial, una redefinición del trastorno por consumo de alcohol, y la introducción de la reducción del consumo como objetivo dentro de las posibilidades de tratamiento.

Propone la utilización del término Consumo Excesivo Reiterado (CER) en lugar del Trastorno por consumo de alcohol (TCA). La utilización del CER reduciría el estigma asociado a otros términos y permitiría la detección de pacientes de riesgo que actualmente pasan desapercibidos.

Considera también que reducciones de la cantidad de alcohol consumida, aunque sean modestas, implican una  sensible reducción del daño. Por eso es importante considerar terapias de reducción del consumo, ya que los pacientes están mucho más dispuestos a tratarse si el objetivo es la reducción en lugar de la abstinencia absoluta. También hay que tener en cuenta que los pacientes pueden ir cambiando de objetivo a medida que están en tratamiento. De esta manera se podría llegar a muchos pacientes que en la actualidad no reciben ayuda.