Cuando el paciente que tiene una adicción a la cocaína progresa en su tratamiento, comienza a notar que sus progresos no son reconocidos por el entorno afectivo de la manera que él cree que debería ser valorado. Existe un sentimiento de enfado porque los demás no valoran lo que el paciente hace y piensa que se subestima su esfuerzo y trabajo.
Esta diferencia de percepciones del paciente que realiza un tratamiento para superar la adicción a la cocaína y su entorno se deben en general a dos obstáculos que surgen en el proceso: El primero es la distorsión cognitiva del paciente y, el segundo, la pérdida de referencia de cuando el paciente es sincero.
El constante consumo de tóxicos genera que el paciente evalúe su vida y lo que sucede a su alrededor de manera particular a partir de determinados esquemas que interpretan los hechos de modo que le producen a la misa persona múltiples consecuencias negativas. Cuando se intenta superar la adicción a la cocaína, el paciente ha de comenzar a desmontar estos esquemas de interpretación fallidos. Sin embargo, cuando se trata de valorarse a sí mismo es más complicado. Porque entran en conflicto, lo que el paciente piensa de sí y lo que los demás ven en el paciente.
Es en este punto donde se engarza el segundo obstáculo. Muchas veces el paciente cuenta la historia desde el inicio de su recuperación de la adicción a la cocaína. Intenta pasar página de todos los malos momentos que le ha generado el consumo y espera en reciprocidad de los que le rodean que hagan lo mismo, dicho con otras palabras, espera que él y los demás “pasen página”.
Pero esto no es tan fácil para los demás porque, aunque quieren confiar, no tienen un criterio para evaluar las conductas del paciente. Además las personas significativas que rodean al paciente han sufrido por las situaciones que el paciente quiere pasar página. El entorno afectivo se pregunta “¿por qué ésta vez será la definitiva?”, la cuestión se complica porque el paciente lo que hace es comportarse de manera tranquila. Los familiares de paciente, por ejemplo, podrían estás contentos, sin embargo recela. La razón de este recelo es que el paciente otras veces se ha comportado de manera más o menos tranquila y era sólo apariencias. Es esta mezcla de recelos y distorsión lo que genera ese desfasaje entre los que el paciente avanza y lo que el entorno valora cómo supuestos avances.
La única solución es mantener en un tiempo prolonga la coherencia entre lo que el paciente dice y hace. Mientras tanto, el paciente tendrá que conformarse con sus avances y su abstinencia, lo cual no es poco cuando ha llevado años autodestruyéndose por la adicción a la cocaína.