Fumar en pipa de agua puede provocar adicción y enfermedades relacionadas con el corazón y los pulmones.
Fumar en cachimba, pipa de agua o shisha, está de moda entre los más jóvenes.
La pipa de agua o cachimba es un dispositivo «importado» de Oriente que permite utilizar diferentes tipos de tabacos saborizados que pasan a través de un tubo (la pipa). Supuestamente provocarían menos daño, ya que además se utiliza agua. Pero no es así.
En España, uno de cada cinco jóvenes consume tabaco en pipa de agua, el porcentaje más alto de entre los países europeos.
A pesar de la prohibición de fumar en los bares, las pipas de agua o cachimbas se escapan de esa normativa debido a que son productos en principio sin tabaco. Por eso está extendida la creencia de que es casi inofensivo y además sus aromas afrutados y dulzones ayudan a pensar eso.
Sin embargo, la mayor parte de los preparados para pipa de agua sí tienen tabaco, como demuestra un estudio donde 19 de los 20 locales analizados tenían nicotina en el ambiente y en concentraciones elevadas.
La nicotina es un marcador específico y único de la combustión del tabaco, en este caso en las pipas de agua. Los elevados niveles de partículas finas provienen del mismo tabaco y los carboncillos incandescentes que contienen las pipas.
Uno de los grandes mitos sobre el uso de la cachimba es que el agua del tazón filtra los productos químicos tóxicos, proporcionando un escudo para el fumador, cosa que no es verdad, sino todo lo contrario. El que el humo pase por agua no cambia la toxicidad. Simplemente se agregan otras sustancias tóxicas.
¿Fumar en cachimba es menos malo?
Muchas personas fuman en cachimba pensando que hace menos daño que fumar los cigarrillos tradicionales, pero los expertos avisan que son igual de perjudiciales o más.
Una sesión de una hora de fumar en pipa de agua implica inhalar unas 200 veces, mientras que fumar un cigarrillo implica inhalar unas 20 veces.
Otro de los puntos en conflicto es la utilización de carbón -que es lo que genera la combustión del tabaco- ya que produce altos niveles de monóxido de carbono, metales y carcinógenos.
La OMS advierte que «en contra de la creencia popular, el humo que emerge de una pipa de agua contiene numerosos tóxicos capaces de provocar cáncer de pulmón, enfermedades del corazón y otras enfermedades».
También hay que tener en cuenta que las pipas de agua son una «puerta de entrada» a la adicción a la nicotina entre los jóvenes y adolescentes que lleva al consumo de otras formas de tabaco.