Más de 4 millones de personas en toda España ya han invertido en criptomonedas. Desde hace un cierto tiempo se está hablando de los peligros de la inversión en monedas digitales y se empieza a oír hablar de la adicción a las criptomonedas.
Pero, ¿es eso posible?
Desde que una persona empieza a echar unas monedas a una máquina tragaperras hasta que no puede dejar de hacerlo –se instaura la adicción – pueden pasar de seis a ocho años. Eso se conoce como periodo de latencia.
Ese plazo se repite, con mayor o menor longitud, en todos los juegos presenciales. Pero en el juego online, desde que alguien comienza, por ejemplo, a hacer apuestas deportivas hasta que se engancha a ellas, el periodo de latencia se recorta drásticamente hasta los seis u ocho meses. Y eso es lo que puede estar sucediendo hoy con las criptomonedas.
Apostar no es Invertir
Muchos jóvenes, ante la creciente publicidad y aparición en los medios de las criptomonedas, se sienten atraídos por este tipo de inversiones creyendo que podrán ganar dinero fácil y rápidamente.
Suelen engañarse a sí mismos diciendo que no juegan ni apuestan, sino que es una inversión.
Pero, ¿es realmente así?
Apostar es jugar con probabilidades aleatorias en un juego asimétrico donde uno tiene más posibilidades de perder y la banca o la casa de ganar. La apuesta equivale a jugar cualquier juego en donde se pone el dinero o cualquier cosa de valor a riesgo con el resultado relacionado con la casualidad.
Invertir, requiere un supuesto conocimiento del sector, una habilidad y tomar decisiones pensando en un plazo medio o largo. Algunas inversiones, las más especulativas y de mayor riesgo, como demuestran diferentes estudios realizados por especialistas de todo el mundo, están más cercanas a la apuesta que a la inversión tradicional.
Para algunos inversores eso supone adrenalina, reto constante y riesgo continuo. La suma de ambos factores da como resultado comportamientos más cercanos a los de apostadores compulsivos: preocupación constante por la fluctuación de los precios, dedicación excesiva a la inversión, decisiones impulsivas e incluso graves alteraciones del sueño. Este tipo de inversiones pueden crear adicción.
También el perfil del inversor en criptomoneda es muy parecido al perfil del jugador de apuestas online: un hombre joven de entre los 18 y 35 años y con estudios medios o superiores.
Este mercado, que se caracteriza por ser inestable y volátil, puede convertirse en un riesgo para quienes presentan comportamientos adictivos.
No hay todavía estudios suficientes, pero uno reciente llevado a cabo en Adelaida, Australia, evidencia que las personas que se sienten atraídas por los juegos de azar también son estadísticamente más propensas a participar en especulaciones de mayor riesgo, como el comercio diario de acciones y las inversiones en criptomonedas.
Adicción a las Criptomonedas
Al ser un fenómeno muy reciente todavía la OMS no habla de adicción, ni de enfermedad ni de trastorno mental, pero síntomas como ansiedad, depresión, irritabilidad, pasividad en las relaciones sociales, deudas, abandono del trabajo o estudios, entre otros, ya forman parte de las personas que padecen este tipo de problema.
Otros indicios que se pueden tener en cuenta para identificar una posible adicción son el aumento progresivo de las inversiones en criptomonedas, la pérdida de autocontrol, la tensión o las confrontaciones cuando se habla sobre inversiones, y la solicitud de préstamos.
Las adicciones a las criptomonedas empiezan como cualquier otro problema con el juego. Cuando alguien opera regularmente, la emoción de ganar recompensa la parte del cerebro que busca placer. Cuando el tipo de operaciones financieras dejan de ser emocionantes se cambia a otras más arriesgadas: se empiezan a hacer operaciones que normalmente no haría y se arriesga cada vez más dinero.
¿Tiene tratamiento?
Una vez valorada la situación y diagnosticada una adicción a las criptomonedas, el tratamiento pasa a realizarse según las mismas pautas que las que se utilizan en el tratamiento de la ludopatía, especialmente las indicadas para el juego online.
El tratamiento suele iniciarse con un periodo de deshabituación, que permite controlar la compulsión al juego. Esa fase inicial va seguida de un proceso de rehabilitación en el que el paciente se plantea como objetivo inicial superar su dependencia psicológica y llevar una vida satisfactoria en ausencia de la dependencia.
En el Centro Bonanova trabajamos con una orientación motivacional, ofreciendo un trato individualizado que permite diseñar el tratamiento a medida de cada paciente y contando con su participación activa. Entre las diferentes alternativas de tratamiento ofrecemos también la Estimulación Magnética Transcraneal para tratar el juego patológico.