En una entrada del mes pasado hablamos sobre la codependencia y qué consecuencias traía en la adicción. Hoy vamos a entrar un poco más en qué consiste y cómo actúa.
La codependencia es una forma de relación inadecuada que potencia y facilita la adicción en el familiar afectado. ¿Cómo es eso? ¿Cómo ocurre?
La principal característica del codependiente es su HIPERTOLERANCIA, es decir, la capacidad de soportar emociones y/o situaciones que otras personas no tolerarían y por tiempo prolongado. Conforme el codependiente va desarrollando esta hipertolerancia, se va sometiendo cada vez a más y más estrés, hasta que llega un momento en donde entra en crisis, y pueden aparecer trastornos tales como: depresión, ansiedad, trastornos en el apetito, fobias, somatizaciones (dolores y /o alteraciones gástricas, dolor de cabeza recurrente, dolores musculares, etc.) y es entonces cuando puede empezar a plantearse que necesita ayuda personal. Con este razonamiento el codependiente pospone su propia ayuda hasta que presenta alguna complicación grave.
En resúmen, el codependiente pierde el control de su propia vida y sus propios límites, e invierte toda su energía en la persona que presenta la adicción. Tiene una gran necesidad de sentirse útil y de sentirse importante para los demás y paga un precio muy alto por ello.
¿Cómo se produce este proceso de facilitación de la adicción? Aparecen las siguientes actitudes:
1.- Sobreprotección: Se refiere a los intentos del codependiente de cubrir, salvar y proteger al adicto para que no experimente las consecuencias negativas que el uso de la sustancia produce en la vida del adicto, escudándolo y protegiéndolo.
2.- Intentos de Control: Es la compulsión por controlar al adicto, sus conductas, pensamientos y sentimientos, autoimponiéndose a sí mismo metas irracionales que solo terminan produciendo más ira, confusión y desesperanza.
3.- Asumir las Responsabilidades del otro: Cuando el adicto deja de cumplir con sus responsabilidades cotidianas o familiares, el codependiente asume estas responsabilidades con la justificación de evitar una crisis. La paradoja es que de todos modos las crisis se producen y el codependiente se va cargando cada vez con más tareas, lo que al final impiden su funcionamiento en la vida diaria y afectan su salud.
4.- Racionalización y Adaptación: Al racionalizar lo que hace el adicto o justificarlo, el codependiente le refuerza el sistema de negación, de modo que el adicto es cada vez menos capaz de ver la gravedad de su adicción. Esto termina produciendo un ambiente familiar donde se «normalizan» los comportamientos propios de la adicción y la familia se adapta a la enfermedad.
5.- Cooperación y Colaboración: En su afán de controlar la conducta del adicto, el codependiente muchas veces acompaña al adicto en su uso, o le ayuda en el proceso del consumo, lo cual envía un mensaje muy directo de aprobación de la conducta adictiva, aún que la intención no haya sido esa.
6.- Rescate y Sumisión: Las conductas de rescate que además se conjugan con la sumisión del codependiente a la dinámica del proceso adictivo, convierte al codependiente en alguien al servicio del proceso adictivo que lógicamente apoya el avance de la adicción.
7.- Funcionamiento en espejo: Si él o ella está bien, yo estoy bien; pero si está mal, yo estoy peor.
Todo esto lleva al codependiente a un gran sufrimiento emocional, tal como sentimientos de culpa, miedo al otro, miedo a la incertidumbre, sentimientos de vergüenza hacia si mismo y hacia el adicto, resentimientos, rabia, etc.
Lo importante es tomar conciencia de la codependencia y poder tratarla, y de esta manera se impide que se facilite el avance de la adicción en el adicto y se establecerán nuevos patrones de relación familiar que serán más adecuados para la recuperación y la salud de todos en general.
Todo esto se puede modificar una vez que el codependiente acepte la ayuda. Esto es de las partes más difíciles, puesto que el codependiente dentro del núcleo familiar funciona como el «responsable» y el «bueno». Supuestamente el único que está «mal» y es el «culpable de todo» es el adicto, por lo tanto hay que «cambiar», «curar», etc… al que tiene el problema de adicción. Pero ya sabemos que esto no es así.