Cuando alguien intenta dejar el alcohol, comienza por pensar que su fuerza de voluntad es necesaria y suficiente para dejar de beber. Pero si bien es cierto que la fuerza de voluntad es una condición necesaria para un tratamiento del alcohol, la misma no es una condición suficiente. Un persona se pregunta: “si puedo coordinar un grupo de personas, puedo estar trabajando tantas hora para lograr un objetivo, entonces ¿cómo es posible que mi voluntad no sea suficiente a la hora de dejar de consumir alcohol?

En primer lugar, es importante saber si uno tiene una adicción al alcohol. Si esto no es así, y el consumo no ha llegado a los límites donde el consumo excesivo de alcohol no es una adicción, es muy posible que la fuerza de voluntad además de ser necesaria, sea suficiente para dejar el alcohol.

Por qué no puedo dejar de beber alcohol

Pero si la persona tiene una adicción al alcohol, entonces entran en juego otros factores que no entran en la esfera de la voluntad. Estos factores que obstaculizan el dejar el alcohol son modificaciones a nivel de la química del funcionamiento cerebral que con una probabilidad muy alta son irreversibles.

Estas modificaciones se dan en una serie de neurotransmisores, que son los que trasportan mensajes a diferentes partes del cerebro. En el alcohol uno de estos neurotransmisores es el GABA, cuya función es disminuir la actividad de las neuronas.

Qué es el GABA

El GABA es almacenado en las vesículas sinápticas, localizadas en el extremo del axón. Cada vez que una señal eléctrica llega a este punto, las vesículas se fusionan con la pared de la neurona y libera GABA. Entonces el GABA se mueve a través de la sinapsis hasta la neurona contigua que tiene receptores donde el GABA se adhiere. Cuando esto sucede, el GABA envía el mensaje a la neurona receptora que es necesario reducir el flujo de otros neurotransmisores.

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GABA y el alcohol

Cuando el GABA y el alcohol se unen al receptor a la vez, el GABA permanece adherido a él durante más tiempo de lo usual. Por eso envía durante más tiempo su mensaje inhibidor a la neurona receptora. El alcohol también causa que el GABA se una al receptor más a menudo, aumentando el número de mensajes y la acción inhibidora del GABA durante aún más tiempo.

Este es el motivo de que el alcohol calma tus nervios y te ofrece una sensación relajante. Esto es porque el GABA tiene un efecto inhibidor sobre otras neuronas, por lo que provoca que ciertas partes del cerebro trabajen más despacio. Esto también explica que cuando se bebe alcohol el cerebelo, el área del cerebro que controla las funciones motoras, funcione más despacio porque es una zona que contiene muchos receptores de GABA y, por lo tanto, uno pierda el equilibrio al desplazarse.

Pero podría argumentarse que para que esto no ocurra basta dejar de beber, lo que es una conducta que voluntariamente uno elige. Sin embargo, los efectos de relajación y el placer asociado al consumo de alcohol son muy importantes para el cerebro y son las cantidades de relax y placer las que han sido modificadas por la adicción.

Por lo tanto, para dejar el alcohol es condición necesaria la voluntad, pero no es suficiente si no se realiza una serie de cambios en la manera de enfrentar la vida cotidiana. Dicho de otra manera, el placer y el relax se han de obtener sin el uso del tóxico, lo cual es una tarea de cuidados que se ha de sostener durante toda la vida de paciente.